Ensayo
por: Aura Hernández Lozano
Obsolescencia
Programada
La obsolescencia
programada consiste en la planificación del fin de la vida útil de un producto
o servicio, es decir, se calcula de antemano cuando el producto va quedar
obsoleto.
La obsolescencia
programada surgió con la sociedad de consumo y la producción en masa. Apareció en los años 20 con el fin de
aumentar las ventas reduciendo la vida útil de los productos. De este modo los productos quedan obsoletos, inútiles
y el consumidor se ve obligado a comprar un nuevo producto.
El primer ejemplo de
obsolescencia programada es la bombilla. En el año 1924 se creó el primer
cartel mundial para controlar la producción de bombillas denominado Phoebus,
que redujo la competencia en la industria de las lámparas incandescentes
durante unos 15 años, y ha sido acusado de haber prevenido avances en la
tecnología que podrían haber llevado a la producción de bombillas de una
duración mayor. Redujo el tiempo de duración de la bombilla de 2500 horas a
1000 horas.
El hecho de que la
obsolescencia programada surgiera al mismo tiempo que la producción en masa no
es pura coincidencia, ya que con esta última los precios disminuyeron y los
consumidores empezaron a comprar por diversión, aunque no fuese estrictamente
necesario.
En los años 50, la
obsolescencia programada dio un giro con el nuevo propósito de seducir al
consumidor. Apareció un nuevo concepto de obsolescencia programada: “el deseo
del consumidor de poseer algo un poco más nuevo, un poco antes de lo necesario”
Brooks Stevens. Ya que no se trataba de obligar al consumidor a cambiar de
tecnologías, sino de seducirlo para que lo hiciera con nuevos diseños o
innovaciones.
Esa idea de crear un
consumidor insatisfecho con el producto que ha disfrutado para que compre uno
nuevo, sienta las bases de la obsolescencia programada en la sociedad actual.
Con la producción en masa bajaron los precios y los productos fueron más asequibles, la gente empezó a comprar por diversión más que por necesidad. Lo que llevo a una aceleración de la economía.
Las empresas cada vez acortan más la vida de sus productos, es lo que llamamos obsolescencia programada.
Con la producción en masa bajaron los precios y los productos fueron más asequibles, la gente empezó a comprar por diversión más que por necesidad. Lo que llevo a una aceleración de la economía.
Las empresas cada vez acortan más la vida de sus productos, es lo que llamamos obsolescencia programada.
Se crean productos casi de
usar y tirar, lo que no sólo afecta a los consumidores sino al planeta, con un
consumo de recursos y generando desechos innecesarios. Esto va totalmente en
contra del tratado internacional que prohíbe enviar residuos electrónicos a los
países en vías de desarrollo. Se alega que son productos de segunda mano,
cuando el 80% son irreparables. Estamos convirtiendo a estos países en el
basurero del mundo.
Mientras los
mercados nos manipulan nuestra huella ecológica se agranda. Más vale que
empecemos a practicar un consumo sostenible si no queremos destruir nuestro
mundo
Sociedad de
consumo y obsolescencia programada
La sociedad de
consumo y la obsolescencia programada son la base del sistema económico y
sociedad actual.
En la revolución industrial germina la sociedad de consumo, que se caracteriza
por la producción masiva de bienes. Con la sociedad de consumo se modifica la
idea de consumir por necesidad a consumir por deseo. Estos deseos van siendo
creados principalmente por la publicidad y el marketing y nunca llegan a ser
satisfechos. De modo que se produce así un consumo ostentoso continuo.
Uno de los
mecanismos para sostener la sociedad de consumo y con ella la producción en
masa es la obsolescencia programada. De esta manera se promueve el consumo, que
resulta clave para la sociedad del crecimiento.
Sin embargo,
este modelo de producción en masa tiene como una de las principales
consecuencias la ingente cantidad de residuos que se generan, afectando por
tanto al medio ambiente. Lo que ha llevado a crear posiciones contrarias a este
modelo imperante y pretendiendo instaurar el denominado decrecimiento.
Consecuencias del consumismo.
El documental Comprar, tirar, comprar dirigido por Cosima Dannoritzer, revela que residuos producidos por los países desarrollados acaban en países del tercer mundo como Ghana.
Para poder hacerlo
legalmente los mercados declaran los residuos como productos de segunda mano.
Pero la realidad es que los productos no funcionan y solo “sirven” para crear
basureros.
De este modo, el consumo excesivo y también el uso de los recursos y de la energía contribuyen a la destrucción del medio ambiente. Dicho de otro modo, la forma de vida y los niveles de consumo tienen una clara relación con los principales problemas medioambientales: el calentamiento del planeta, la contaminación, el adelgazamiento de la capa de ozono y la lluvia ácida.
Otra de las consecuencias del consumismo es que aumentan las diferencias existentes entre los países desarrollados y subdesarrollados. Las sociedades desarrolladas demandan cada vez más productos a un menor coste a países en vías de desarrollo, mientras que los países desarrollados tratan de vender los productos a un precio muy superior en el mercado mundial.
Por último, el consumismo provoca en algunas personas una confusión entre lo que son y lo que tienen, generando así un problema de identidad.
Conclusiones
El consumo es la clave de la sociedad de crecimiento, ya que si la gente no comprara más de lo que necesita, dejarían de hacerse buena parte de los productos y por tanto no serían necesarios los trabajadores. De modo que todo el sistema se desmontaría.
La producción de
bienes en cadena junto con el uso del marketing y la publicidad, que incitaba a
las personas a consumir, dio como resultado la sociedad de consumo.
La obsolescencia
programada sostiene la sociedad de consumo, ya que esta obliga al consumidor a
comprar objetos con más asiduidad porque estos están creados para romperse en
un periodo de tiempo determinado.
El consumismo
excesivo ha traído consigo consecuencias muy graves para el planeta, ya que
este hace que haya una cantidad monumental de residuos que terminan yendo a
parar a vertederos creados en el llamado tercer mundo.
Los teóricos del
decrecimiento promueven el reciclaje de los productos como una medida para
proteger el planeta.
Las empresas actuales tienen como meta, no dar un buen servicio sino obtener mejores y "jugosas" ganancias . La creación de productos para comprar, usar y tirar se ha convertido en una estrategia de mercado, sin importar el daño que ocasionamos al planeta. (Teresa Vargas)
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